miércoles, 20 de abril de 2016

El Ojete de Lulú (1986)


El Ojete de Lulú (1986)

Director: Candy Coster
Año: 1986
País: España


Reparto

Lulú Laverne



Que puedo explicar de una película en que los títulos de crédito se superponen a la imagen de un ano. Un ano inscrito en un culo de estimables proporciones que la protagonista, Lulú Laverne (alias de Lina Romay), nos muestra con descaro, y que además nos  habla para contarnos su triste historia.

Está película de 1985 está  dentro del género pornográfico, aunque para Jess los límites entre la pornografía y el erotismo son difíciles de establecer, pues dice que sólo depende del tipo de plano y la lente que utiliza el director en el rodaje. Desde el principio el erotismo de Jess cristalizaba en proyectos cada vez más duros, hasta que entró sin tapujos a rodar películas X. De hecho estas películas las filmaba por las tardes con aquellos actores que deseaban un extra en su nómina, y que la verdad, no estaban muy interesados en este género cinematográfico a juzgar por la pobres erecciones de los miembros. Claro que cuando nos presentan a los protagonistas: Pepito Tiesez , Mela Chupen , Jean Morcillón  y Pepet Poyalet …  ya se nos avisa que algunos nombres son simulados para que a nadie se le arrugue.

Cabe destacar que se trata de una película pornográfica con argumento, aun diría más, a veces nos parecerá que el hilarante argumento se come con patatas las  perversas escenas de hardcore. Y es que el porno de Jess es otra cosa, no despierta nuestros bajos instintos sino nuestra patética carcajada de mirón avergonzado.

Volviendo a la historia del Ojete, vemos como el infravalorado orificio al principio es ignorado, después goza de las caricias de una amable lesbiana, y más tarde se alivia con la cabeza de un “Oscar” que utilizan a modo de consolador, en una muestra más del juego simbólico que utiliza Jess en sus guiones. Después de esta memorable escena no volveré a ver la entrega de los oscars de la misma manera. Cuando las artistas abracen y besen con pasión su ansiado premio no podré reprimir una sonrisa retórica en homenaje al dios Pan.

 Jess filma los desvaríos sexuales con primeros planos y planos detalle, en un juego donde muestra los cuerpos desmembrados de los protagonistas al tiempo que despedaza la lujuria y la perversión del espectador.


En esta película  Lina Lulú se convierte en una sacerdotisa del sexo mágico. Su entusiasmo convierte el film en un vivo mensaje de lo que realmente es la sexualidad: un sacramento, un rito mágico que solamente algunos iniciados han conseguido comprender. Con las  imágenes de Jess el mismísimo Crowley celebraría su Misa del Fénix y despertaría a las Fuerzas Ciegas que gobiernan el Centro del Universo. En este sentido el acto sexual se convierte en una reunión mística a través de la cual el hombre y la mujer experimentan a Dios. Es así como el hombre incompleto busca el encuentro carnal con la divinidad femenina para llegar a la plenitud espiritual y alcanzar finalmente, en el momento del clímax, la “gnosis”, el conocimiento de lo divino. 






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